Menos los verdaderos poetas, que se mueren de serlo, no tienen que intentarlo pues ya lo son... todo quisque puede ser poeta, ¡y hasta reconocido y pagado!: milagro de la intromisión o intrusismo que aquí opera al revés que en el resto de actividades humanas.
Menos los verdaderos poetas, a los que siempre se marginó, asesinó, luego se dice que ellos se apartaron o se suicidaron... Todo quisque es poeta: Milagros de la intromisión intrusismo. Que, aquí ¿Por qué se atreve? Está relatado arriba: Si los verdaderos poetas, muertos, se les mató dijeron que se suicidaron; apartados, se les marginó del mundo de la cultura, dicen que ellos solos solitos, los desgraciados, lo hicieron, ¿quién queda para defender la profesión, la auténtica profesión de lo que existe más importante en el mundo: la honradez, la sensibilidad, la justicia? Honradez, sensibilidad y justicia, que siempre estuvo, y sobre todo, en las gargantas de los verdaderos poetas, primero masacrados; luego, recuperados o no. Voy por el camino de ser una de esas que no se recuperan ni después de muerta.
Otro testimonio poético. Y llevamos siendo cinco años el oráculo de lo mismo por aquí la desgraciada y marginada autopublicación en red. ¿Qué hemos conseguido?: La nada, el vacío con el que la mediocridad, ¿cómo no la llamaré alacránica?, rodea cuanto decente o de auténtica valía.
Otros se apuntaron ayer a este carro. ¡Y ahí los tienes: siendo "poetas", hasta con libros publicados y recitales bochornosos ofrecidos donde los egos se menean ante los egos cual bochornosas masturbaciones públicas!
Y todos estos desgraciados, pseudo poetas de pseudo derechas -ni para ser fachas que es lo que son sirven, pues en las horas que corremos han de andar disfrazados- pseudo izquierdas, ¿habrán de silenciarme, darse el gustazo de enterrarme definitivamente, ya que no pudieron lo mismo sus padres?
Dios lo dirá (Queremos decir el Destino, el Sello, el Momento Final, allí donde andamos todos desnudos de circunstancias y otras arterías) La última palabra que fue siempre Amor, dado que la primera, que fue siempre Justicia, jamás se pronunció de su auténtico nombre en este mundo.
