"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!






jueves, 18 de febrero de 2010

Nunca supe ponerme en el lugar de otro

Nunca supe ponerme en el lugar de otro,
ni siquiera en el tuyo,
cuando ni quise ni supe ni pude ni me dejaron
ponerme en el propio,
¡ni en mi propio pellejo con total libertad!
ni en las neuronas propias en pleno ejercicio de su uso.
Y esto sí se llama empatía, aunque no lo parezca:
saber que ni de uno mismo puedes ponerte
en el lugar de la hora que nunca llegará
por más que le tires de esa cuerda al reló
en intento suicida de fabricar imposibles;
o en el lugar de la hora que no desearías llegada nunca,
pues ella sí te mata, alcanza, aunque la huyas,
por más que pareciera que es la esperanza
de la que tiras y tiras sin atraer a puerto,
tu puerto,
la que te suicida,
ese cordón invisible que te umbilica con lo más querido
y se convierte en horca antes que llegue el parto.

Esto sí es empatía:
No saberse actor adecuado hasta ni de uno mismo
….Como para ponerte en la piel de otro;
y sobre todo si de otro sexo.
Esa desfachatez de la que abusasen
sangrientas y criminales y torpes y abusivas manos
que se pretendieron limpias y en su derecho
por exhibir un pene documentado como heterosexual
(cual ventaja añadida al ser blanco
y de buena familia, buenas universidades);
por exhibir un pene heterosexual,
ponerse en el lugar, más bien usurparlo, suprimirlo,
de la mujer del homosexual, diciendo,
cuan tanto dramaturgo, científico, pensador,
hombres de leyes y de fuerzas:
-Nosotros sí supimos o sabemos
aquello que queríais, sois en el fondo,
nosotros sí podemos suministraros el argumento a seguir.
Además ¿cuándo os dimos papel que no fuese vela
en vuestro entierro?,
¿cuándo os permitimos el argumento propio,
si hasta del amor propio os suprimimos?;
¡¿en qué hora en qué día os dejamos sentaros
con la tranquilidad del amo en su estudio
para estamparle la foto
y menos sustituirla por la suya oficial
y menos esperar que él lo acepte
con idéntica impotente sumisión
que vosotros a lo largo de siglos?!

Ya lo has visto, empatía,
condiciones para la dramaturgia,
montaje de obras, la de ellos,
los de la foto fija oficial
que no cambia a más monarcas pasen por el mando
por más políticos laicos que los sustituyan.
Plebeyos, políticos plebeyos como los reyes.
Ellos que eran la auténtica plebe espiritual
y se pensaron la élite
únicamente dotada para la dramaturgia
pues los teatros del mundo les pertenecieron
y hasta la intimidad de las alcobas.

No, no puedo ponerme en tu lugar,
en el lugar de otro….
¡Si ni siquiera recibí otra educación
que la de no ocupar lugar en el mundo
como el saber!

Ya ves, yo soy Sofía
y vosotros, mis sarmientos.
Defecto que no has de querer,
¡arráncalo antes que cuaje!
Más vale ojo en la mano
que la mano sin la vista.
Más vale ser vid desarmentada
que por esa carcoma podrida,
aunque una no tenga público ni aplausos.
¡¿Qué relaciones públicas quise ser yo
si escribir era mi oficio
de homosexual mujer?!
REAL, Real mujer dijimos.
La etiqueta sexual, la que sea,
la añade el pene del tanto tiempo libre
único en exhibir mando en plaza
hasta que ciertos clítoris se alargaron lo bastante,
todo fruto de la herencia,
como para también ponerse en el lugar del otro;
o hasta que ciertos clítoris, así dados de baja
de su condición de pene, se les rebelaron,
todo mediante asociación,
¡¿dónde no se llegará cuando se es muchos
y te unes o empalmas unos con otros?!,
se les rebelaron reclamando también su parte.

Defecto que no has de querer,
¡arráncalo antes que cuaje!
….Si una pudiese.
Habría que tirar del hilo
ese invisible de los sueños
las esperanzas.
Y entonces:
¡Abajo todo el teatro del mundo!
Biaba y arraso con to:
Ya me puse en su lugar.
O ellos se pusieron, por una vez,
si apalizados, en el mío.
Este no lugar,
este nunca sucedió,
donde todos los atropellos son ahogados
para más atropellados.

Sofía Poesis
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