"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!






lunes, 22 de febrero de 2010

Hoy te he visto en una antología

Hoy te he visto en una antología
Y he pensado
que la poesía, además de un virus
que todos quieren enterrado
a más poetas florezcan
debajo de las piedras
donde se les quiso sepultados,
es un hipócrita superficial Byron
que anda renqueante
orillando con las generaciones,
mal de muchos consuelo de los tantos,
a sus mejores voces:
los padres que sepultaron a sus iguales
o a los que directamente les seguían
para hacer sitio a sus hijos naturales.
Vamos, como el mundo y sus castas:
El que maneja el poder
impidiendo el acceso a él
a quienes no fuesen de su línea consanguínea.

Pues no me vi yo ahí.
Y era más lógico
ya que más de justicia.

Igual que en esa antología
que pretende resumir,
y desde un hombre,
las voces femeninas de todo un siglo
-por supuesto tampoco estoy yo ahí,
como es lógico si nadie me amadrinó apadrinó nunca-
a la que ya me referí
-mujeres de carne y verso
y a la cual faltan más que versos, carnes,
nombres-
cuando falsean o renquean por la falta
de voces imprescindibles
como esta Concha de Marco,
que desde la Antólogía de Carmen Conde
nos dijo algo tan luminosamente poético
como sus escritos
y los de tantos obviados o marginados
por su generación o las futuras generaciones:

“Escribo versos desde pequeña, novelas y cuentos; por fortuna, nada conservo de aquello. Sólo tengo dos libros de poesía. Uno, de 1966, "Hora O,5", en la colección de “La isla de los ratones”; otro, "Diario de la mañana”, de 1967.
No he concursado jamás a nada, no he aspirado a ningún premio, no he disfrutado de ninguna beca, no he publicado ningún poema en ninguna revista, no figuro en ninguna antología. Esta es la primera que me honra acogiéndome en sus páginas. A esta altura de mi vida, pienso que ya no podré hacer otra cosa que escribir poesía, que está cada vez más arraigada en el mundo en que vivo, más identificada con el dolor del hombre, con las culpas que nos son comunes y con sus virtudes imperecederas.”

Únicamente dos cosas parece ser que el espíritu y la realidad le niegan a esta Poesa en su profesión de fe o Poesis:
1.-Que fuese una fortuna, si para ella, no para nosotros, que nada conservase de todo aquello.
y 2.-Que escribir poesía, que está cada vez más arraigada en el mundo en que vivo, SÍ, PERO NO más identificada con el dolor del hombre, con las culpas que nos son comunes y con sus virtudes imperecederas.

DE ELLA ESTA


CONTRAPORTADA
Y el trapo sucio vuela y se apoya en el muro
junto a un papel de plástico empañado esquirlas de cristal de una botella
página rota de un periódico………un astillado palo
……arena…………tierra ennegrecida
nutriendo yerbas ralas….cardos…ortigas
…residuos de una hoguera
leña quemada
piedras tiznadas de humo
el fragmento oxidado de una tela metálica
algunos huesos grises…….suelas petrificadas
barro….paja….excrementos….ceniza….telarañas
El andrajo se aferra a la pared
el viento lo remueve
los días y las noches se suceden.

Crucificado
contra el baluarte protector
la cárcel enemiga
con todos los sentidos vigilantes
el horror
d e l f o g o n a z o g r i s d e l a a m e t r a l l a d o r a
el tiro por la espalda
o el cuchillo clavado entre las vértebras,
mis dedos palpan como los de un ciego
e x p l o r a n d o l a c i e g a s u p e r f i c i e
araño las grietas………………..arranco las hierbas
mientras la lluvia empapa mis vestidos
y me devora el sol o me abandona.

Una barrera
es el bastión que nos defiende, antiguo como el mundo.
Siguen en pie los muros de la historia
los parapetos de la guerra,
la muralla horadada del espíritu.
Protegen la existencia de horizontes cerrados
limitan el arranque de toda voluntad
sostienen el mentir de la apariencia.
Kilómetros de muro nos separan extendidos en cinco dimensiones

Solos
y ajenos a nosotros mismos
como el andrajo en la pared vivimos
NADIE SE SALVA

(Diario de la mañana, 1967)



SON LAS SIETE
Ya los instantes me conocen tanto
que pasan a mi lado sin mirarme.

Qué más quieres, me dicen.
Y yo suplico que me entreguen algo.
Hay tantos, tantos
que lo mismo piden.

Por qué serán tan poco equitativos.
A algunos les envuelven
en tan vertiginosas emociones
que no distinguen uno de otro,
a ti
te dejan en tu rincón,
tranquila.

De “Una noche de invierno”

Y lo que yo hubiese dado por conocer a esta mujer, fallecida en los años, finales de los ochenta en que yo redactase mi "Amarse igual" entre otros. Aquellos años de la infame movida madrileña pasando con su escoria por encima de la auténtica valía. Aquellos años en los que en el panorama de las letras femeninas sólo existía Gloria Fuertes y otras, cuantos tantísimos otros a los que ni calificaré, lo haga el tiempo, que ¿qué les dejará de todas sus glorias? Para decirlo con palabras de Concha:
Por qué serán tan poco equitativos.
A algunos les envuelven
en tan vertiginosas emociones
que no distinguen uno de otro,
a ti
te dejan en tu rincón,
tranquila.

O:
Esta poesía cada vez más arraigada en el mundo en que vivo, más identificada con el dolor del hombre, con las culpas que nos son comunes y con sus virtudes más imperecederas.

Y que así fuese de veras. Estupenda criba para identificar la valía, esa que pasa siempre inadvertida por toda parte.

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