el verso altivo y fuerte, extraño y duro,
que dijese, al llorar, esto que siento!"
A tus treintaitantos años muerta,
como mi hermana,
yo te recojo el sueño,
te pongo las palabras.
He aquí el verso extraño y duro:
¡Dios maldito!
¡¿Quién te crees, qué, matando y dando vida,
mundo igual,
qué os creéis?!
Responder habréis
por la siega de nuestras oraciones
rojo caudal de sangre.
Por esta felicidad que hicisteis imposible
depositando en el fango,
responderéis.
¡Y también es Dios esta maldición
la furia de estas sienes!
Dios queriendo recuperar su equilibrio:
No más lágrimas.
Verso extraño y duro altivo y fuerte,
te reconozco como a Dios.
No dejes de sorprender
de sorprenderme