"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!






sábado, 15 de noviembre de 2008

"La" "él" es lo cacofónico

Sin embargo lael es toda una contractura
con sonoridades a lo Inmanuel Swedenborg
o cualquier otro divagador arcangélico
(no menciono a Blake, mi preferido, pues él era bastante más rudo)
Fuese contractura del cuello que nos parten
a los angelitos más tiernos que los de Swedenborg
aunque demos fachada de blasfemante Blake.
Tan tiernos tan ilusos, que seguimos creyendo,
y eso con el cuello partido,
aquello que dijese Inmanuel,
innato conocimiento en todos nosotros:
"La sabiduría y el amor son cosas distintas;
pero del todo unidas,
que el amor pertenece a la sabiduría y al revés".

Tanto es así de eufónico Lael,
que pudiésemos escribir de lo más propiamente
a Dios definiéndose, utilizándolo:
-Yo soy lael que soy.
Andrógino tan femenino,
somos aquello que todo lo incluye
siendo por todos excluido.
Y si somos lo femenino:
somos aquello que nunca existió,
aunque aquello sobre lo que todo fue construido.
Somos la piedra de basamento
aunque basalto escupido con lava,
dado que para nada nos interesaron talleres de escultores ninguno;
somos la misma lava que para nada quiere ser escupida del volcán,
aunque el volcán se empeñe,
y a ver llévale tú la contraria.
Somos el Verbo, aunque sea Verboto por lo festivo
-nadie nos amargará la fiesta de hacer bajar al mismo dios de los cielos
para ofrecerle nuestro sentido
...del que está tan necesitado-
la Palabra, no volcán en erupción de la lengua
que algunas despistadas Floras tuvieron que comprobar al pie de su propio suicidio
lo despistadas que andaron toda su vida aceptando la lava que se escupe,
por humo, que es lo que somos,
humo que se obstina en su negación del incendio
pues prefiere volar a contemplar como todo acaba en montón de cenizas,
precisamente donde empezara.

-Y sin mí nada se hizo,
aunque bien me enfado de que me tomasen de pretexto
para realizar precisamente aquello
con lo cual jamás podremos estar de acuerdo.
Somos el humo de lo femenino
que ningún arcángel atontao a lo Inmanuel Swedenborg,
puede tener Miguel por nombre de pila,
de pila o pira aquella con la que se apagan, después de producirlos,
si serán idiotas, los incendios;
que ningún arcángel atontao pondrá en tela de juicio
con aquello del "¡¿Quién más que el productor de los incendios?!",
ese bombero loco que se goza, no tanto en producir la llama,
como en consumirla, pues debe garantizarse el éxito de su oficio.
¿Qué pasaría si Dios no fuese capaz de acabar lo que empieza?
........
¡¿Habría llegado a parecérsenos?!
No se diga que el envidioso Dios tuvo éxito
con aquello de las tinieblas no la consumieron...
¿A quién más?, a la llama a una,
llama-humo, pues nos negamos a su principio:
nada de brillar para iluminación de adormideras tinieblas
siempre al abrigo de su siestecita.

Somos lo femenino:
Somos aquello que nunca existió.
Y no crean que serán precisamente las feministas las que me quiten razón
(Razón es un atributo muy perdido como para que lo exhiba ni el humo)
Y ya ¿Qué se puede hacer?
¿Qué puede hacer esa sustancia desconocida "LO FEMENINO"
tras miles de años de retorcido varón encarnando al verbo?
¿Qué pudiera hacer nuestro humo, voz de tan alada contextura,
sino al parecer, y sin parecer,
realizar el sahumerio de toda creída llama menos que montón de cenizas?
La Tierra está muy contaminada después de tanto milenio de retorcido varón,
aquel que se olvidó de lo gine de su andro,
¡y el que no se olvidó, o ello aparenta!,
peor todavía.
Estamos al borde los tiempos,
aunque tantas catástrofes propiciadas
por la injusticia y descerebre varón
parece que nos tuvieron siempre ahí.

Que unos nuevos Cielos y una nueva Tierra emerjan,
para que alguna vez se les hiciesen verdad las llamitas
a todos los bomberos y su Central.
Sería de lo más arcangélico nada de Swedenborg.
Y cambiando a femenino la presentación,
LAEL se nos apareciese como corresponde:
Por las colinas de los pómulos
jamás despeñándose ríos salados de lagrimitas
sino el agua de la vida en todo su dulzor.

LAEL, esta columna de humo
que jamás ratificará vuestros incendios
y salados ríos de bomberos, qué gracia tienen,
contaminando pómulos
para agostar todo verdor por valles o colinas.
Desiertos que quisieron diciéndose encarnar Renacimientos
Siglos de Oro, Países de las luces...
Ciudades del farol por toda bombilla.

Vuelvo a "MIS" ORÍGENES:
Soy Yo
Lael que soy.
Eufonía, que no ningún caco
que se disfraza de fonos con su ley:
la del silencio, ¿cuál otra sería?
¡¿Silenciaréis al humo!?
Toma y aprésalo llamín bomberito
que ni Yavecito.
Ni la ves ni la verás,
tris tras
¡Mirad pa'rriba!
que caen llamitas,
¡mirad pa'bajo!
...so garbanzazos en ojo ajeno,
Renacimientos por garbanzal.

¡Mirad pa'bajo!:
Sube el garbanzo,
sube la pera...
¿Y qué no sube
siendo un garbanzo
y dado que miran todos pa'bajo?
¿Conocerían dimensión otra a la que mirar?

¿Lael existe?
Ya se encargaron de lapidarla a garbanzazos.
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