Ana como palabra maestra para abrir el libro
(Y el "Ana" además de hacer referencia a la "anafase" mitótica, era también el nombre de mujer que me revolvió de pica la entraña por esos días.
Empezaba el pequeño poema con una cita de mí misma, cita de palabras que se encuentran en el
"Diez de rosas rubíes corazones" capítulo perteneciente a mi "Nunca muerta") :
Me siento lanzada a las estrellas rocas
por una mano violenta ira
que quiere destruirme
Anabolé: Lanzamiento
Lanzar a esta raza a las estrellas rocas de su destino.
Ana: Arriba; Phasis: Apariencia
Ana-fase: La más hermosa fase de una luna
núcleo en el reposo de la perfección hallada
cromosomas ascendiendo,
¡la materia haciéndolo!
como el Cristo, cuerpo de Cristo,
a su Gloria llamado.
Ana: contra todo
de nuevo: Ana
Ana: sobre todo.
¡Arriba!
Arriba, o ¡Abajo!, apariencias,
fases de la luna
¡Fuer-a-pariencias!
Veamos la cara a la Naturaleza
Ana o el fruto de la ciencia
el arte
Ana o el equilibrio de las sustancias
que dan lugar a la Panacea
Obra Inmortal
Ser así.
(Anita, de que me deslumbraste, prueba esta obra inmortal)
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Mis muertos celulares
Si nuestras células somáticas no muriesen
pero continuasen por su vía reproductiva,
es de suponer que en poco tiempo
alcanzaríamos en tamaño ¡¿y forma?!
al Universo mismo.
Yo creciendo sin orden disciplina alguna cual un cáncer
(cuánto ha sido así mi vida, pero en medio de las peores represiones) :
Dios: He ahí mi imagen.
Con todas las células que han muerto en mí
sacrificadas en este espacio-templo que me forma
tiendo la mano hacia el futuro
y del pasado tomo el fruto.
Un puente de iones son mis muertos celulares
---células muertas, poetas, pero en la luz con vida---
para llegar a la Ciudad Perdida,
esa Que-fue la Todavía-no-sida.
Un puente de partículas imposibles:
no pueden existir, pero existen.
