Voy detrás de una sonrisa
(De mi libro "Esta luz sepultada" -Sinusoidal I-)
Y un "laurel" es lo que encuentro
-por no escribir "un cuerno"-
Si al menos pudiera eso decir, "laurel", como Apolo,
y reinventar la lira.
Tendría alguna satisfacción con la que saciar
mis lagunas de las mismas;
tendría alguna satisfacción con la que recargar
neuronas devastadas,
tan descargadas de su brillo
que abrazan troncos huecos
como si a amadas,
como si amadas lunas fuesen
que a tonificarlas viniesen alumbrando.
Voy tras la más deslumbrante perla de los mares;
y me encuentro en un jardín repleto de verdores
curándome con ojos, tiernas ramas
las llagas de su huida,
desaparición en sus fondos marinos.
En un Jardín de verbos lujuriosos
para paliar pérdidas donde las haya,
pérdidas tan sin sentido
como todo el lenguaje
que me resulta selva
donde me suicido,
selva en la que me hundo
para ahorcarme, ramas,
que he perdido el más lujoso aire:
Su boca a boca arrastrado al abismo
de la entropía cósmica,
orden nunca recuperable.
.....
La ciencia no anda en vano
enseñándonos cosas,
si es que no hiciésemos caso
de las más sabias por viejas
mitológicas lecciones.
El más lujoso aire que ya no respiraré nunca.
